miércoles, 4 de agosto de 2010

1. Regresar (Parte III)

- Tom White -respondió una voz grave con un marcado acento inglés. Elena recordaba la voz de Tom, pero en estos años le había cambiado bastante.
- Hola… ¿Tom? -se sintió realmente estúpida haciendo esta pregunta. ¡Pero si lo primero que había dicho era su nombre!
- Si, ¿quién es? -preguntó él un poco confundido. Tampoco había reconocido la voz de Elena.
- Esto… soy Elena -se quedó en blanco sin saber que más decir.

Durante unos segundos se produjo un silencio muy incómodo, pero Tom se decidió a hablar.

- Hola Elena… ¿cómo estas? No te había reconocido… -parecía algo nervioso.
- Muy bien… Hace mucho tiempo que no hablamos… Pensé que sería buena idea hablar de nuevo. David me ha contado algunas cosillas, pero me apetecía hablar contigo -ella no sabía para qué había dicho esto último.
- Si, la verdad es que hace mucho tiempo. Yo también había pensado en llamarte, pero no sabía si… bueno… si querrías hablar conmigo.

En ese momento Tom se había puesto completamente rojo y a Elena se le escapaba una pequeña sonrisa. Volvió a aparecer unos segundos de silencio, pero esta vez no era incómodo, al contrario, ambos agradecieron que se produjera para poder pensar que decir. Elena no quería hablar del pasado y decidió preguntarle cosas de su vida actual.

- No pasa nada. ¿Sigues estudiando o estas trabajando?
- Sigo estudiando, voy a la facultad de económicas. Pero ahora en navidad trabajo en un pequeño pub. Así consigo algo de dinero. ¿Y tú? ¿Qué estas haciendo?
- ¡Qué bien! Pues yo estoy haciendo mi segundo año en la universidad.
- Muy bien. Cambié mi dirección de e-mail, si quieres puedo darte la nueva y así poder hablar más a menudo, las llamadas internacionales cuestan una pasta -dijo Tom con su tono burlón de siempre.
- Me parece bien idea, yo sigo con la misma.
- Entonces no te preocupes, yo te escribiré un correo cuando tenga algo de tiempo. Ahora tengo algunas cosas que hacer, lo siento. Me ha gustado hablar contigo -se le notaba en la voz que no quería abandonar esa conversación.
- Amm… vale… entonces ya hablaremos otro día -Elena se quedó un poco confundida por esa forma tan rápida de acabar la conversación después de haber estado tres años sin hablar el uno con el otro.
- Adiós.
- Adiós -y ambos colgaron.

Elena se dirigió al sofá y llamó por teléfono a su amiga Ana la conversación que había tenido con Tom. Estaba realmente contenta. Ana se quedó un poco sorprendida al saberlo. Siempre había sido ella la chica lanzada, mientras que Elena en muy pocas ocasiones había dado un paso tan atrevido como el que había dado hacía a penas cinco minutos.

Tom, nada más dejar el teléfono en su sitio, se dirigió a su ordenador para entrar en su cuenta de correo y agregar a Elena. Nunca había olvidado su dirección de correo. Cuando terminó apagó el ordenador, cogió el móvil y sus llaves y salió de casa. En la puerta lo esperaba una joven chica rubia, la cual lo recibió con un beso en los labios.

Después de esta conversación siguieron en contacto. Hablaban de sus proyectos de futuro, de sus estudios, del grupo en el que tocaba él… pero nunca hablaban del pasado. Tampoco Tom había mencionado en ninguna de estas conversaciones el viaje que tenía planeado hacer ese verano a la ciudad de Elena. Él quería esperar por si no resultaba todo como estaba previsto. No quería que Elena se llevase otra desilusión y que fuese otra vez por su culpa.
Pero al final todo resultó como estaba previsto. Tom estaba en la ciudad de Elena, en la ciudad en la que él había estado viviendo durante ocho años y que abandonó casi cuatro años atrás. Ahora estaba aquí y tenía dos semanas para amarrar algunos cabos sueltos que dejó con su marcha. Y lo más importante… ya se había encontrado con Elena.

2 comentarios:

  1. Jo, que chula la historia.
    Cada vez me gusta más!!!
    Ánimo.

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  2. Gracias! intentare seguir publicando cada semana y espero que te siga gustando. :)

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