miércoles, 17 de noviembre de 2010

Volver a empezar (Parte II)

Diez y media de la mañana. Elena estaba en la cocina preparándose unas tostadas y sirviéndose un zumo. Si su madre la hubiera visto, creería que estaba enferma. Elena nunca se levantaba tan temprano los sábados, y menos si la noche anterior había salido de fiesta. Desayunó tranquilamente en la mesa de la cocina y después se dirigió al salón. En la mesa había una nota escrita por su madre: “Elena, tu padre y yo vamos a almorzar fuera después del trabajo. Alejandro está en casa de Toni, llámalo luego. Hay comida para los dos en el frigorífico. Nos vemos a la tarde.”

Al leer la nota, Elena se dirigió a su habitación para coger su móvil. No se acordaba de que lo había apagado. Lo encendió e inmediatamente recibió tres mensajes. El primero era de Ana. Le decía que la llamara cuando pudiera, que era urgente. La llamaría luego, ahora mismo estaría durmiendo, como si no la conociera. El segundo mensaje era de Hugo, llamadas perdidas. Seis llamadas perdidas. Eso sin contar las veces que la había llamado antes de apagar el móvil… Y el tercero también era de Hugo: “Tengo que hablar contigo”. Como si ella no lo hubiera notado después de todas las llamadas perdidas que tenía de él.

Elena marcó el número de Alejandro y espero a que contestara. Nada. Volvió a intentarlo por segunda vez y alguien, con voz dormida contestó:

- ¿Si?
- Alex, mamá y papá van a comer fuera, me han dejado una nota. ¿Vienes a comer a casa?
- Elena… no lo se. Estaba durmiendo…
- Siento haberte molestado dormilón. Solo quería sabes si vendrías a casa.
- No lo se. Estoy en casa de Toni. Puede que me quede a comer aquí. Luego te mando un mensaje.
- Vale. ¡Qué no se te olvide!
- No… Adiós.
- Chao.

Alex era el hermano pequeño de Elena. Siempre se habían llevado muy bien y confiaban el uno en el otro, aunque en lo que llevaban de verano habían coincidido más veces en fiesta que en su propia casa. Él tenía dieciocho años y en el próximo mes de octubre entraría en la universidad para estudiar derecho. Salía con una chica de su instituto, pero a Elena no le gustaba nada. Se lo había dicho muchas veces a su hermano, pero él se limitaba a decir que no era nada serio. Así llevaba ya siete meses…

Elena se metió en la ducha con el agua muy fría. Aunque era temprano, hacia un calor asfixiante. Cuando terminó volvió a coger su móvil y leyó el mensaje que Tom le había mandado la noche anterior. Soltó un suspiro y lo llamó. No le dio tiempo a pensar en que decir cuando él contestó:

- Hola.
- Hola Tom -dijo ella algo nerviosa.
- No te he llamado porque creía que estarías durmiendo. ¿Qué tal todo?
- Ah, no… hoy me levanté temprano porque tenía cosas que hacer -mintió -. ¿Qué tienes pensado hacer esta tarde? Pensé que podríamos quedar para ir a algún sitio, ¿qué te parece?
- Estaría encantado. ¿A qué hora quedamos entonces?
- Pues no se, cuando tú quieras.
- ¿Te parece bien ya?
- ¿Tan pronto? -ella se quedó un poco confusa.
- ¿Tienes algo que hacer?
- Bueno, no… En realidad pensaba ir a hablar con un amigo, pero no pasa nada.
- Tardaré una media hora en llegar a buscarte, puedes llamar a tu amigo mientras, ¿no?
- Si, bueno, no te preocupes… -Elena no creía que la conversación que debía tener con Hugo durara menos de media hora.
- Pues entonces te veo en media hora. Un beso.

Y antes de que ella pudiera decir nada, colgó.